domingo, octubre 31, 2010
Trampas y caretas
Me disfracé de niña. De esa chicuela apestosa, mimada y pedante, que solo busca conseguir lo que quiere, y si no lo consigue le da una pataleta. Esa niña engreída, esa que niña que nos resulta mona, pero que no sabemos como tratar, ni que hacer para contentarla.
Me disfracé de madre, de madre protectora, facilitadora, que está en todo y en todos. La madre a la que te aferras poc a poc, despacito, pero cuando te das cuenta, y es tarde, y nada puedes hacer sin sentir su peso, pedir su aprobación. Me disfracé de madre sin vientres, sin hijos naturales, pero muchos adoptados-adaptados.
Me disfracé de intelectual, de culta, de inteligente. Me disfracé de esa mujer sofisticada, con un amplio vocabulario, con palabras rebuscadas, capaz de hablar de los temas mas peregrinos, la que lee mil libros, la que analiza, comenta. La mujer de opinión crítica, de conciencia social estudiada, estudiada, poco actuada...
Me disfracé de mujer solitaria y también me disfracé de puta. Me disfracé de vividora y de cauta, de deprimida e hiperactiva, de vieja y jovial... me puse un sin fin de disfraces más, y entre tantas capas a ratos no me encuentro.
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1 comentario:
Este escrito es el que buscaba Andrea!
Este escrito que se entrometió entre nuestros cuerpos mientras actuábamos. Felices, inquietas, nerviosas, relajadas....recuerdo que me tocaba hacer que escribía mientras Sara se reía a carcajadas con su perfume invocando recuerdos....escuchaba la voz que leía y puse atención a tus palabras que nos llegaban por el aire desde la montaña. Te hemos sentido en falta, esperemos que el tiempo nos deje compartir. Abrazos y gracias! Tu escrito me llega, me identifico....
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